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ТПП исп лекции и материалы / Учебник тпп исп 4 curso 2 lengua.docx
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  1. Traduzca el texto al español por escrito.

  2. Haga el análisis del texto según el model 2 dado en la pájina....

TEXTO 4

Todo ello hizo que se iniciase el proceso...

En España se acaban de cumplir setenta y cinco años desde que las mujeres obtuvieron el derecho al voto. Fue la República de los años treinta, en el siglo XX, la que reconoció tal derecho. Pero, posiblemente, tal derecho, que hoy nos parece elemental, no habría sido conseguido si las diputadas de entonces en el Parlamento no hubieran desarrollado todas sus potencialidades como oradoras y no hubieran gastado sus energías en la defensa de sus puntos de vista. La historia del feminismo ha sido precisamente eso: una continua lucha para que las mujeres fuesen equiparadas a los hombres en todos los aspectos, para que la historia no fuese contada exclusivamente por los del sexo masculino ni fuese hecha solamente por ellos. A principios del siglo XX la opinión pública occidental se hallaba dividida y enfrentada por el tema de «las sufragistas». Aunque en cada país los movimientos de esta índole no eran exactamente iguales, sí tenían en común algunas aspiraciones básicas. No se pretendía únicamente el derecho al voto. Se reclamaba también el acceso de las mujeres a la educación, al trabajo remunerado, a la actividad política y social. En resumen, se pedía la igualdad de derechos. La lucha se concentró especialmente en dos países: Estados Unidos y Gran Bretaña.

En los Estados Unidos el «sufragismo» estuvo unido al movimiento antiesclavista. En 1840 se excluyó expresamente a las mujeres de una convención antiesclavista mundial celebrada en Londres, no permitiéndose la entrada en la sala a ninguna de las que habían sido elegidas para participar en los actos. Por esta razón, las mujeres americanas comenzaron a celebrar reuniones con el fin de discutir su propia situación dentro de tales organizaciones. Dichas reuniones culminaron en la famosa Convención de los Derechos de la Mujer, celebrada en Séneca Falls, Estado de Nueva York, en julio de 1848. En ella se redactó un comunicado en favor del voto de la mujer, que más tarde llegó a ser una especie de mito. En 1868 se funda la Asociación Americana para el Sufragio de la Mujer; a partir de entonces cambió el estilo del feminismo: se organizaban marchas y reuniones masivas, sentadas; se repartian folletos y propaganda. Fruto de estas actividades es la consecución del voto femenino en cuatro Estados americanos en 1900. En 1920 se acepta la enmienda constitucional que consagra el voto femenino: «El derecho de los ciudadanos de los Estados Unidos al voto no será denegado ni limitado por Estados Unidos ni por ningún Estado en razón del sexo».

En Inglaterra se logran los mismos objetivos en 1918, habiendo experimentado el movimiento feminista muchas dificultades. En España, la necesidad del voto femenino se hace sentir con fuerza en el período 1923-30, durante la dictadura de Primo de Rivera. Este general necesitaba de un fuerte apoyo popular para consolidar su sistema, y creyó encontrarlo en el voto femenino. A su lado ya funcionaban algunas organizaciones feministas y circulaba literatura sobre el tema. Todo ello hace que, al proclamarse la República en 1931, se iniciasen los trámites para conseguir el derecho al voto sin discriminación de sexo. Con la República llegaron a España unos años de frenética actividad política y social, cuyo rasgo más característico fue la participación de las gentes a escala masiva; la situación favoreció, sin lugar a duda, a las mujeres y posibilitó su integración en la realidad político-social. El Gobierno ya había tratado el tema del voto femenino en tres ocasiones antes de 1931, pero siempre sin éxito alguno; el éxito más significativo fue el logrado con Primo de Rivera, quien otorgó el voto a la mujer siempre que fuera soltera, viuda o estuviese separada. La mujer casada no era considerada libre y, por tanto, no tenía derecho a votar. Razones de esta índole fueron aducidas igualmente en 1931, y la votación de 161 a favor frente a 121 en contra probó que los diputados distaban mucho de estar plenamente convencidos de la oportunidad de la nueva ley.

LAS TAREAS: