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учебник экономика переработанный.doc
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2.1.Texto panorama de la población

La población en España supera ya los 40 millones de personas, con una densidad de unos 80 habitantes por kilómetro cuadrado. Sin embargo, esta cifra es notablemente inferior a la de otros países de Europa occidental (Portugal, por ejemplo, posee 108, Francia 107, Alemania 230, Reino Unido 243 y Holanda, 462). La población española es eminentemente urbana, el 76% vive en ciudades, de los cuales el 20% reside en poblaciones de más de 500 000 habitantes. La urbe más poblada es Madrid, con cerca de 3 millones, seguida de Barcelona, con un millón y medio, Valencia con 739 000 y Sevilla, 700 000. Otro aspecto relevante es la tendencia de la población española a concentrarse en la periferia y zonas marítimas (islas incluidas), abandonando progresivamente el interior peninsular. Sirva de ejemplo la situación de la España interior: con el 67% de todo el territorio incluye menos del 40% de la población total, pese a contar con Madrid, capital del estado.

En comparación con otros países de la OCDE, la población española es relativamente joven: el 15% de los españoles son menores de 14 años y casi el 69% están entre los 15 y los 64 años. La población con más de 65 años alcanza el 17%. Sin embargo, la población española está envejeciendo con bastante rapidez y ya se acerca al crecimiento cero. La tasa de fecundidad en España está entre las más bajas del mundo y no se ha producido un descenso de población en los últimos años gracias al creciente flujo de inmigrantes y su alta tasa de natalidad.

La población activa española se aproxima a los 17 millones de personas, que representan cerca del 42% de la población total. En ese sentido, esta tasa de población activa es relativamente similar al resto de los estados miembros de la Unión Europea, aunque sigue siendo inferior a la mayoría de estos países (que superan el 55% en algunos casos). La causa de este retraso está en el menor número de mujeres empleadas, 38% aproximadamente. La estructura de la población activa por sectores económicos ha cambiado en los últimos años de manera significativa, destacando el aumento de la población activa en el sector servicios (más del 62%) y el descenso en el número de personas empleadas en la agricultura, acercándose a sólo el 6%. El sector industrial, en cambio, no ha sufrido cambios importantes.

El problema crónico de la economía española -y que han reflejado todos los estudios sobre población activa- ha sido la elevada tasa de paro, la mayor de Europa durante demasiado tiempo. En 1985 llegó a superar los 3 millones y ha continuado en cifras muy elevadas hasta la entrada en el siglo XXI. La explicación es compleja, pero se basa en una combinación de factores económicos y sociológicos: modernización y transformación del sector industrial, incorporación masiva de la mujer a la vida laboral y mayores tasas de natalidad que el resto de Europa entre los años 50 y 80. Paradójicamente, a la mejoría del desempleo está contribuyendo de manera notable la baja natalidad que se inició en los años 80.

La realidad del paro contrasta con otra realidad muy diferente: la mejora de la cualificación del capital humano y laboral español de los últimos años. Así se refuerza la idea de que el factor humano más cualificado y avanzado juega un papel creciente en el proceso de desarrollo y, en el caso español, está avalado por el espectacular aumento de estudiantes universitarios en las últimas dos décadas. Otro hecho, no menos relevante, ha sido el que España en menos de dos décadas haya pasado de ser un exportador de mano de obra (en Europa) a convertirse en un receptor neto de mano de obra inmigrante. Este fenómeno sólo acaba de comenzar y se prevé que en menos de 15 años harán falta no menos de dos millones más de trabajadores extranjeros. Éstos vendrán del norte y occidente de África y América Latina, principalmente.